domingo, 31 de agosto de 2008

Las bibliotecas escolares como núcleos estratégicos de información

La sociedad de la información ha impactado en nuestra vida profundamente modificando hábitos y obligándonos a actualizarnos para poder convivir con las TICs y su rápido desarrollo. Términos como informática, telemática, telecomunicaciones, red, conexión inalámbrica o coaxial, Internet, Intranet, etc. son habituales e impactan social, cultural y económicamente en nuestro entorno. Es fundamental asumir el cambio e implementar estas estrategias en la educación ya que son valiosas herramientas para democratizar la información.
Las escuelas son núcleos estratégicos para diseminar la información y así romper con la desigualdad y diversidad cultural de sectores menos privilegiados. La incorporación de las TICs y el acceso a Internet son herramientas básicas con las cuales debe contar, así como también, con unidades de información gestionadas por especialistas y material didáctico y pedagógico actualizado.
Las TICs han cambiado en muchos aspectos la sociedad actual repercutiendo enormemente en la educación y en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Las bibliotecas no fueron ajenas a estos cambios, sino que debieron adaptar sus servicios y productos y adecuarlos a las necesidades modernas. El bibliotecólogo debe cumplir un rol fundamental como especialista y gestor de información ya que es él quién debe ser el mediador entre el usuario y su acceso a la información.
Como expone Zunilda Roggau, en su artículo publicado en el año 1994, “Las bibliotecas ya no es un conjunto de libros manuscritos para unos pocos, como en el medioevo, ni una gran acumulación de papel impreso como en el siglo pasado a la cual accedían unos privilegiados. Hoy la biblioteca es un conjunto de servicios que se originan del tratamiento de documentos de toda clase para la comunidad....”
La figura del bibliotecólogo esta desdibujada en el imaginario colectivo, desde su estereotipo hasta su función. En bibliotecas escolares se limita a realizar la función de guardián del acervo bibliográfico y a “leer cuentitos” en una hora determinada, sin poder realizar su real función: ser gestor de información. El bibliotecólogo debe acompañar al docente y al cuerpo directivo en el arduo camino de educar pero su rol es el de facilitar la circulación, diseminación y difusión de la información no el de enseñar a leer, sí, el de promover la lectura y también buscar estrategias para generar el hábito de utilizar la biblioteca como lo que es: una unidad de información.

Hace poco, Graciela Montes, en una entrevista para Monitor exponía que es común en los docentes la queja de que los niños no leen pero habría que preguntarse si los docentes leen. ¿Los docentes conocen el material existentes en las bibliotecas? ¿Se actualizan en conocimiento, estrategias pedagógicas, o se limitan a utilizar sólo el 10 % del potencial de biblioteca escolar? La mejor manera de estar informado es la capacitación permanente, ya que hoy en día no se puede educar como hace veinte años –con la tiza y el borrador- sino aplicando las TICs. Un bibliotecólogo debe estar capacitado para poder utilizar dichas herramientas, generar productos y servicios a los usuarios que le sean útiles en su sed de información. Pero para ello debe primero pelear con los molinos de viento del sistema, que creen que los bibliotecólogos, solamente entregan y reciben libros. Los bibliotecólogos deben salir del letargo existencial y crear estrategias de marketing para las bibliotecas, promocionándolas y promoviendo su utilización como fuente de información.
La biblioteca escolar, como cualquier otra unidad de información, debe estar administrada por un especialista, es decir, un agente con título en bibliotecología que ejerza la administración de dicha unidad de información y que pueda realizar su función dentro del marco institucional cumpliendo su rol, el de ser diseminador de información.
Para concluir, la equidad educativa y el acceso a la información sólo se logrará si hay democratización de información. Utilizar los recursos ya existentes favorecerá el proceso. Las bibliotecas escolares son el ámbito ideal para lograr ese objetivo; pues educar al niño con las herramientas de búsquedas, genera el hábito de investigar, descubrir e indagar entre distintos soportes y favorece su iniciación a la lectura.

Mónica Rodríguez
Bibliotecóloga
Escuela Nº 809 “María Estanislao López”
Vicepresidenta del CBEI 12

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este es un buen punto para q las autoridades reflexionen sobre nuestro rol en la educación y empiecen a valorarlo en "todo sentido". ¿¿¿¿¿Cuántos titularizarán en bibliotecas sin ser bibliotecarios?????? Silvia

Anónimo dijo...

El articulo (de la colega rodríguez) tiene muchas expresiones y conceptos que todos o casi todos los bibliotecarios tenemos incorporados o conocemos, la cuestión es ponerlos en práctica y hacer valer nuestra profesión, la unica manera de empezar a lograr el cambio es salir del "cascarón", abrir las puertas de nuestras bibliotecas y demostrar lo que hacemos para que la comunidad toda (educativa, barrio, etc) conozca lo "interesante" o importante que es nuestro trabajo y que no quede solo en palabras. Además tendriamos que participar en forma constante y permanente para provocar ese cambio y dejar de pensar que "otro lo haga por mi" es muy comodo no hacer nada y criticar... a quienes hacen, bien o mal.
Lo que esta pasando actualmente con la titularización de maestros en cargos de bibliotecas es una muestra más de como los bibliotecarios seguimos cediendo espacios y solo se quejan unos pocos (a quienes los afecta) porque el resto ya tiene su "quintita" acomodada. Igualmente pienso que NUNCA es tarde y creo que esta titularización deberia ser el quiebre para que muchos bibliotecarios digan BASTA y empiecen a moverse por el respeto a la profesión y a los bibliotecarios. Gracias. Lola, "un bibliotecaria en movimiento..."