jueves, 31 de mayo de 2007

¿QUE ESPERAMOS?

Estimadas/os colegas,

Desde hace un tiempo -mucho, para mi gusto- he notado que son pocas las instancias en las que los bibliotecarios pueden dedicarse a escribir largo y tendido. A construir historias y conocimiento (¿que otra cosa es la investigación?), a presentarlo, a publicarlo... He notado también que son pocos los espacios en los que se nos enseñe a investigar y a crear palabras y narraciones, a pesar de que trabajamos con ellas y de que tenemos muchas cosas que contar. Lo he notado, más que nada, en las propuestas de proyectos, tesis y artículos que algunas/os colegas me envían para echarles un vistazo y colaborar si es menester.
Poco ha habido de formación ene se sentido. Las Escuelas de Bibliotecología, por lo general, ayudan poco en este aspecto (aunque hay fantásticas excepciones). Y el terreno de los "escritores" y "teóricos" de la bibliotecología está copado por aquellos que dicen "cómo se debe escribir" y hasta por los que señalan "quién lo puede hacer".
Son muchos los que pretenden -desde la educación, desde la academia, desde muchas posiciones- convertirnos en meros técnicos, en "profesionales" sin manejo de su profesión, en bueyes mansos que tiran de la yunta, en actores sin posibilidad de expresar palabras, en trabajadores que no puedan contar sus sudores ni cantar sus victorias... Son muchos los que nos forman para ser sólo un peoncito del tablero de ajedrez, mientras ellos/as se arrogan el dudoso derecho de ser alfiles y damas. Son muchos los que ni se molestan en formar bibliotecarios para la escritura, la investigación y la generación de proyectos, porque ¿para qué quiere tales cosas un bibliotecario?
Son muchos los que creen que para escribir un ensayo, una nota o una propuesta para un Congreso hace falta expresarse como Cortázar. Son muchos los que creen tener la poesía y la belleza metidas en sus plumas. Y siembran, con su discriminación, sus prejuicios y sus ácidas palabras, la vergüenza y el desánimo entre quiénes quieren -y no se animan- narrar sus cosas.
Creo que el bibliotecario es el primer profesional, junto con los maestros, que debe aprender a leer y a escribir en profundidad, porque debe poder informarse y debe poder contar y difundir. Creo que con simples cursitos y tallercitos de formación no basta: esa formación llena mucho los bolsillos de unos pocos y deja poco en las cabezas de unos muchos (y un "certificado" con "puntuación docente" que muchos inocentes aún consideran un tesoro). Creo que es imprescindible que el bibliotecario escriba, presente, cuente, explique, difunda sus experiencias...
Creo que escribir permite hablar de lo que uno hace, pero también dibujar el camino que uno quiere y unir voluntades para transitarlo. Escribir -esa tarea que parece un difícil arte pero que es más fácil de lo que creen si hay práctica y ganas- permite tener voz y ser visible es un mundo en el que unos pocos infelices se disputan la visibilidad para sentirse superiores. Y permite ser visibles y tener voz precisamente para decir las propias palabras, para gritar las propias opiniones, para proclamar que existimos a pesar de todo y de todos. Investigar y contar los resultados permite crear una nueva profesión, remodelarla de acuerdo a nuestras necesidades cotidianas.
Creo que es necesario que nos animemos y escribamos. No con esos incomprensibles estilos sociológico-filosóficos que muchos "intelectuales" creen "superiores" y usan para provocar admiración. Ni siquiera con estilo literario. Escribir bien, sí, pero escribir siempre. Intentarlo, equivocarse, mejorar... Pero contar, decir, narrar, explicar, compartir. Eso siempre...
Creo eso... ¿Y ustedes? ¿Qué piensan?
Un saludo cordial desde una Córdoba con montañas nevadas...

Lic. Edgardo Civallero
Un bibliotecario...
Universidad Nacional de Córdoba
Córdoba - Argentina
(Fragmento de entrada en www.bitacoradeunbibliotecario.blogspot.com)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente aliento a escribir desde un sentido sincero y práctico de nuestra labor diaria.

Soy una de esas"personas" que se siente inspiradas en un momento determinado y sobre un tema especial. No es una capacidad innata. Pero vale la pena intentarlo.

Por ejemplo: le escribi a Edgardo Civallero desde la ciudad de Rosario, una nota ... y la ...edito¡
Bueno, con un gran saludo virtual las aliento a escribir sobre nuestras cosas (realidades y mitos de la profesión biblotecaria por ej.)

Atte
Ana María Córdoba
Una bibliotecaria escolar